Soporte mecánico
En su nivel más básico el encapsulado de calidad ofrece una forma confiable de conectar un componente o dispositivo electrónico a un sistema. Por ejemplo, la unidad central de procesamiento (CPU) de un ordenador está firmemente unida a la placa base y protegida con una carcasa que garantiza su inmovilidad durante el funcionamiento.
Conexionado eléctrico
El encapsulado suele proporcionar las conexiones necesarias para alimentar los componentes electrónicos y transferir señales, ya sean de corriente continua o de radiofrecuencia. Permite la transmisión de señales, el reencaminamiento y las conexiones de entrada y salida (E/S). Por ejemplo, en un smartphone, el encapsulado incluye los conectores de la placa de circuito impreso que permiten la carga, la conexión Wi-Fi y mucho más.
Protección frente a factores ambientales
El encapsulado protege los componentes electrónicos de la humedad, la temperatura, la presión, las vibraciones y los productos químicos. Previene o reduce la corrosión de los semiconductores y prolonga la vida útil del dispositivo en entornos adversos como el espacio exterior, las centrales nucleares o el interior del cuerpo humano. En los satélites, el encapsulado protege los componentes electrónicos de los cambios de temperatura, la radiación y las condiciones de vacío.
Gestión energética
Por norma general, por cada 10°C de aumento de la temperatura del dispositivo su vida útil se reduce aproximadamente a la mitad. La gestión eficiente de la temperatura, a menudo mediante el uso de disipadores térmicos, es fundamental para proteger los semiconductores sensibles. Por ejemplo, en un ordenador portátil, se utilizan disipadores térmicos y materiales de interfaz para evitar que la CPU se caliente en exceso y el semiconductor falle.